Meta (proveniente de la preposición griega y prefijo μετά-), significa «después» o «más allá». Es un prefijo usado en castellano para indicar un concepto que es una abstracción sobre otro concepto, usado para completar o añadir algo a este último.
Meta (prefijo)
Blogs de ajedrez hay muchísimos. Quizás porque todo lo que sea ajedrez me interesa, todos me han aportado algo, aunque ese algo no fuera estrictamente lo que su autor quería decir. Espero que este blog no sea menos ni esté de más, y que cualquiera que venga por aquí encuentre algo interesante, aunque no sea exactamente lo que yo pretendía decir.
En cuanto a la intención de estas páginas, voy a intentar explicitarla a sabiendas de que es vano pretender imponerle al oyente o al lector el significado de lo que escucha o lee: todo discurso deja de pertenecernos desde el mismo momento en que lo emitimos. Para algunos, los más suspicaces, ése sería un buen motivo para estar callado: ser dueño para siempre de tus palabras guardadas. Un buen motivo también para no mover sobre el tablero: no exponerte a la réplica que te supere.
Dejaríamos de pertenecer al género humano si no moviéramos, si no habláramos, si no escucháramos. La cultura, ese artefacto que nos diferencia como especie, es una increíble cadena de mensajes, cada uno de ellos copia o plagio de otro anterior, y cada plagio también una nueva re-creación. Como La partida inmortal, esa partida de ajedrez que es también la historia del ajedrez de la que somos parte, en la que cada uno de nosotros repetimos con nuestros humildes juegos las aperturas, las trampas, las celadas, los mates y finales ya conocidos y desentrañados, como eslabones del juego eterno, como miembros de la colla en la base del castell que soporta el pom de dalt y l’enxaneta, el Carlsen, Fischer o Kasparov de cada época, que no sería quién ni estaría ahí sin el empuje de todos los demás que somos su presente y su pasado.
El ajedrez, como pequeño rincón que es de nuestra cultura, refleja mucho de lo que nos hace humanos. Meta Jaque pretende recoger páginas sueltas sobre aspectos que van más allá del mero juego: sobre su historia, su didáctica, psicología competitiva, procesos cognitivos… Con un pequeño punto de originalidad, si puedo, siendo consciente de que la cultura es esencialmente una cadena de repeticiones recombinativas.