He seguido los prolegómenos del proceso electoral 2020 a la FNA mucho más de cerca de lo que corresponde a mi casi nulo conocimiento de los entresijos del ajedrez navarro. Lo suficiente para pensar que tenía fundamentos para dar una opinión sobre lo que estaba ocurriendo en forma de viñeta goyesca.
Pero me acaban de llegar tres imágenes por wasap. Son éstas, y anuncian que la ya conocida candidatura de Sergio Anguas se reconvierte en candidatura conjunta con Mariano de Pablos.
No he tenido aún ocasión de conocer o siquiera coincidir con Mariano de Pablos. Sé, porque está en info64, que juega en Oberena, y puedo suponer también que es oberenista. Lo que sumado a la trayectoria Orvina-Mikel Gurea de Sergio Anguas, perfila una candidatura bastante transversal que da cierto crédito a estas palabras de su programa electoral: “la federación no debe ser en ningún momento un espacio de pugna entre los clubs más poderosos, sino un lugar de encuentro en el que tratemos de lograr un bien común para todos”.
De esta forma quedaría desmentida mi visión de lo que ocurre en el ajedrez navarro, mi viñeta goyesca. Ojalá sea así y, aunque no triunfen en las elecciones, realmente se haya hecho carne ese espíritu de unidad.
Podría poner aquí un punto y final esperanzador, buenista, a este artículo que empezó con un sarcasmo tan amargo. Pero no puedo. Aunque novato en el ajedrez navarro, uno es perro viejo, muy viejo, para saber que muchas veces, si no las más, la bandera de la unidad se levanta como bandera de facción contra otra facción o partido.
¿Cómo saber entonces quién es o no sincero al enarbolar la bandera de la unidad? Solo hay una lámpara de Diógenes que sirva para encontrar hombres honestos: la coherencia de sus actos, de su trayectoria. Pero no es fácil iluminarse con ella, pues cuando hay conflicto cada parte enfoca su linterna para que los demás confundan su luz interesada con la luz de la verdad.
Esperemos que las palabras de este programa electoral no hayan sido usadas en vano ni se desgasten en este rifirrafe ni en los cuatro años que seguirán, y siga valiendo la pena apostar por ellas en 2020 y en 2024.
Post Scriptum 14-09-2020.: Parece ser que se ha malogrado la confluencia entre los dos candidatos Mariano y Sergio. Esos zigzags o arrepentimientos suelen o deben tener un coste para uno de los dos (o para los dos). Deberían explicarse o explicarlo. Pero estas elecciones son muy atípicas: los candidatos no hacen campaña en espacios públicos que todos podamos observar (facebook o algún espacio web creado específicamente para comunicar sus proyectos, sus tomas de posición). Todo transcurre por un boca a boca, teléfono a teléfono, mensajes de wasap y -hay que decirlo- cabildeo entre notables de tal y cual club. Sencillamente, brilla por su ausencia la apelación al ajedrecista de a pie, sin etiqueta de club, sin filias-fobias, al único que podía realmente sentirse interpelado por el Gens Una Sumus.